El orgasmo es una fase de la respuesta sexual humana (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución) y, aunque desencadena una serie de respuestas fisiológicas comunes en el ser humano tan solo diferenciables por el sexo biológico, es una sensación de placer única, individual casi indescriptible vivida solo por tu propia piel.
La conducta sexual y la respuesta orgásmica en el ser humano esta mediada por varias hormonas; en la mujer, el estradiol y la progesterona en niveles elevados (son cíclicas) la hacen más susceptible a una relación amorosa a diferencia del hombre, en donde no hay fluctuación de los niveles de testosterona, manteniendo su libido y potencia sexual.
Durante la respuesta sexual y pronunciadamente durante el orgasmo, tanto en hombres como en mujeres se libera oxitocina (la hormona del amor), la cual favorece la intimidad, los lazos afectivos y el vínculo, entre otras funciones. En conjunto con la vasopresina y endorfinas (moléculas de la felicidad) promueven la reducción del dolor, la intimidad y el vínculo (esto puede explicar, porque algunas conductas durante el sexo no son tan dolorosas e incluso resultan placenteras).
En cuanto a los neurotransmisores, la dopamina es la responsable de los sentimientos de placer, deseo y motivación, además del aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la sensación de relajación, entre otros. Simultáneamente, la serotonina, se sabe que después de un orgasmo, promueve el buen humor y la relajación en general. En algunas personas, también puede provocar somnolencia y el deseo de dormir.
Además de otros, estas hormonas y neurotransmisores son de suma importancia, ya que su desregulación puede ser el origen de disfunciones sexuales.
Esta sensación mental indescriptible de intenso placer, en algunos individuos ocasiona pérdida momentánea del conocimiento durante el orgasmo (petite mort –pequeña muerte- o mort douce –muerte dulce-) lo que ha sido explicado por cambios cardiorrespiratorios bruscos que implican constricción de arterias, exceso de oxígeno en la sangre y falta de riego sanguíneo cerebral, aunque esta respuesta no es frecuente, si es usual que un orgasmo intenso produzca cierta sensación de niebla mental. 
Foto de: Milad Fakurian, Unsplash.
El orgasmo implica una serie de manifestaciones biológicas y corporales como contracciones involuntarias de la musculatura pélvica, región perineal y otras partes del cuerpo provocando en la persona diversas sensaciones que varían de acuerdo con su experiencia y que dan significado al placer.
Corporalmente, la mujer presenta una serie de contracciones (de 5 a 9 con una duración de entre cuatro y siete segundos en un orgasmo de intensidad normal) en la parte más externa de la vagina acompañadas de sensaciones placenteras generalizadas, cuando se trata de un orgasmo vaginal. Se ha propuesto que las sensaciones y contracciones varían en función de la parte del sistema genital que se estimule. Cuando la estimulación es en el clítoris las contracciones pueden ser de 3 a 5 con sensaciones intensas más focalizadas en esa región. La estimulación del cérvix uterino responde con sensaciones pélvicas descritas como diferentes a las vaginales pero con igual o mayor intensidad. En la porción anterior de la vagina se ha descrito el punto G, cuya estimulación produce orgasmos intensos y característicos. La estimulación combinada de estas regiones produce lo que se ha descrito como “orgasmos combinados” que producen sensaciones orgásmicas indescriptibles.
Foto de: Billie, Unsplash.
El hombre también presenta contracciones involuntarias, sobre todo en la base del pene aunque también se identifican en la región perineal y el ano, dependiendo (como en la mujer) de la zona genital estimulada. En la mayoría de ellos, la eyaculación (expulsión de semen por la uretra) ocurre durante el orgasmo con el cual se le ha asociado, siendo éstos dos procesos únicos y diferentes. El orgasmo es una respuesta fisiológica y psicológica relacionada con las contracciones musculares de la región pélvica y otras zonas del cuerpo que liberan la tensión acumulada y que son acompañadas de sensaciones subjetivas. La eyaculación es una respuesta fisiológica, objetiva y que se refiere específicamente a la expulsión de semen, a veces sin que se produzca orgasmo.
Foto de: Christian-buehner, Unsplash.
La duración del orgasmo también presenta algunas diferencias, en hombres (5 a 10 segundos) y mujeres (promedio de 15 a 20, puede prolongarse hasta 30 seg), sin tener una significancia respecto a la intensidad o a la calidad de este ya que en ambos las sensaciones son placenteras.
El periodo refractario (recuperación) entre un orgasmo y otro suele ser mayor en el hombre, lo que representa que las mujeres puedan tener orgasmos múltiples y sucesivos sin un periodo de recuperación como en el varón.
A nivel cerebral es bien sabido que existen diferencias estructurales entre el cerebro de hombres y mujeres, originando así, la activación de diferentes áreas ante la respuesta sexual. Estas diferencias orientan al porqué, ésta respuesta y en específico la sensación orgásmica, se vive de forma distinta entre los sexos. Aunado a estas diferencias estructurales, dicha sensación se encuentra permeada por la dimensión psicosocial y cultural que determinan la conducta ante la vivencia del orgasmo y en general de las prácticas sexuales.
En los últimos años se han tenido avances importantes en el conocimiento de la respuesta sexual humana, sin embargo, aún falta mucho por descubrir.
Sin duda, es ilustrativo conocer lo que sucede en nuestro cuerpo al momento del orgasmo, esto te ayudará a conocerte e ir descubriendo tus sensaciones... el autoconocimiento es el principio del placer.
Foto de: Nalu Chitolina, Unsplash.
En Teicu Sensations® Boutique es tu momento de sentir...
Te invitamos a descubrir tus sensaciones a través de prácticas sexuales sanas y placenteras que aumenten tu bienestar, fomentando en todo momento la salud sexual en libertad.
¡Déjanos un comentario acerca de este blog y comparte tus experiencias con la comunidad de Teiculover!.